Hoy día no merece la pena el tiempo siquiera mencionar la obvia omnipresencia de Internet y los conocimientos a los que abre la puerta. La cultura, parecería, la tenemos al alcance de un clic. Pero sabemos que no todo es tan fácil. La era digital ha modificado comportamientos a todos los niveles. Entre ellos, y el que nos ocupa, el de la educación en general, y el de los idiomas en particular.
Internet nos abre la puerta a una ingente cantidad de recursos, explicaciones y medios con los que apoyar nuestro aprendizaje. Gracias a ellos, somos capaces de practicar las 4 habilidades del idioma de manera autónoma, sin restricciones físicas o temporales, ni siquiera requiriendo para ello algún tipo de material específico, ya que se puede hacer a través de una pantalla. Es una herramienta increíblemente potente para enfrentar nuestros objetivos y permitirnos crecer tanto en el aspecto profesional como en el personal.
Aunque también encontramos ciertos aspectos que nos pueden limitar en el amplio mundo digital. El primero podría ser la soledad con la que debemos progresar, aunque tengamos personas al otro lado de la pantalla, seguimos muy lejos. La motivación debe estar mucho más enraizada, ya que no consigue motivar del mismo modo, aunque el acceso a los conocimientos se encuentre sólo a un movimiento de la mano.
También debemos considerar la idoneidad de los recursos con los que trabajamos, ya que las explicaciones pueden ser demasiado complejas y/o genéricas (en ocasiones incluso contradictorias), no hay demasiada capacidad de resolución de dudas, no podemos a veces fiarnos de la fuente de esos recursos, o que nuestro nivel se adapte a dicha explicación.
Internet nos abre las puertas a un inmenso universo, pero podemos perdernos en él y esto puede lastrar nuestro progreso. La presencia de un guía que nos ayude a través de la materia en cuestión se vuelve, a pesar de la digitalización, esencial. Por todo ello, la era digital es perfecta para complementar la formación, pero en ningún caso para sustituirla.
A colación de las novedades tecnológicas, sale fortalecido en importancia el más crítico de los aspectos formativos: el buen profesor. No son instalaciones, materiales, más o menos deberes, etc. El más importante factor educativo, como siempre ha sido, es el profesor. El guía, el director del progreso, consejero, capaz y encargado de motivar, de ayudar a formarse a las personas con su ejemplo. Son el mayor activo para la educación y para conseguir ayudarnos a lograr nuestros objetivos.
Si unimos el mundo digital, que nos permite una mayor conectividad y recursos casi ilimitados, a un admirable profesor, capaz de despertar en el alumno su potencial y verdadera capacidad, se obtiene el objetivo de la educación: el desarrollo y crecimiento personal, la consecución de los objetivos.
Siendo conscientes de esta realidad, unido a una vocación de docencia excepcional de todos los participantes del centro, enfocados en ayudar a cada persona desde el principio hasta lograr su objetivo, nos decidimos en su día a transitar por esta etapa en la que Tiger English Academy vio la luz. De aquello hace ya 8 años, durante los cuales hemos ayudado a muchos alumnos a conseguir ampliar sus horizontes y posibilidades. Con el mejor equipo, nuestros profesores son famosos en toda la zona por su excepcionalidad, nuestros alumnos son los que mejores marcas obtienen… nos caracterizan los resultados, nos caracterizan las personas, nos caracteriza nuestro carácter familiar.
¿Quieres descubrir cómo lo conseguimos? ¿Cómo hemos estado presentes en la vida de tantas personas siendo su familia durante tanto tiempo? ¿Quieres saber por qué la gente viene desde muy lejos recomendados? Acércate a hablar con nosotros. Las primeras impresiones cuentan, y la nuestra no te dejará indiferente. Estamos para ayudarte. ¿Nos dejas intentarlo? Te sorprenderás.